Resulta paradójico que todos mueren de miedo ante la llegada de Trump a la Presidencia si las cifras de deportaciones de mexicanos entre octubre del 2014 y septiembre del 2015 son de 242 mil 256. Esta cantidad representa 72% de las deportaciones totales en EU. 106 mil deportados tenían en su haber algún antecedente criminal. Las bravuconadas de Trump resultan de niños si nos atenemos a las cifras. Entre el 2009 y el 2015 el gobierno de Obama deportó 2.9 millones de personas. Para centrar la discusión, Bush en ocho años deportó a dos millones.

Hay aclaraciones importantes. Esta cifra de deportaciones no se hubiera alcanzado sin  acogerse a la figura de la deportación inmediata que señala la ley. EU tiene 32 millones de habitantes de origen mexicano. Que contribuyen con el 8% del PIB. Que tienen en conjunto un poder adquisitivo de 750 mil millones de dólares. Que agrupan el 12% del total de los negocios en EU, generando cerca de 17 mil millones de dólares anuales, gastando cerca del 87% de sus ingresos en la economía gringa. El grupo mexicano aporta en particular el 6% del gasto en seguridad social, pero lo más sorprendente es que las familias de inmigrantes indocumentados mexicanos pagaron 11 mil millones de dólares en impuestos, cifra que para el 2016 debe de haber incrementado en un 20 por ciento.

Es importante centrar cuál sería el “flujograma” de una deportación por parte del gobierno de Trump. El estatus de ilegal empieza por dos circunstancias, ingresar sin papeles por cualquier vía o extender una estancia mayor a la que el agente migratorio autorizó. Se puede iniciar la deportación por dos vías, una detención del ilegal por tránsito o un delito o un operativo del ICE que solicite órdenes a un juez migratorio. Posteriormente el ICE, la autoridad para la deportación, si localiza al ilegal que cometió un delito, lo marca para que sea deportado después de concluir su condena criminal, si la persona detenida en una redada tiene un historial bueno en la comunidad puede tener derecho a fianza o ser internada en una facilidad migratoria. La misma suerte anterior corren los indocumentados detectados en una redada que trabajan con papeles falsos. Ante el inicio del procedimiento hay 3 alternativas. 1. Ser el primer ingreso indocumentado, 2. No tener antecedentes penales. Con esto se puede optar por la repatriación o salida voluntaria. Si se tienen más de 10 años de residencia en EU, sin antecedentes penales o teniendo hijos nacidos en el país, se puede llevar el caso a una corte para que un juez decida sobre la deportación o autorizar la estancia. Aquí cuentan mucho el trabajo y el pago de impuestos voluntario. Si se tienen antecedentes penales graves, la persona no puede optar por ninguna de las figuras anteriores. Un juez debe de atraer el caso, y si se comprueban atenuantes o circunstancias que justifiquen las acciones del procesado se puede autorizar su estancia, si no se regresa a su país.

Si se decide por la repatriación voluntaria de forma rápida se manda al ilegal en un vuelo conocido como JPAT a California o Texas en donde es entregado  en uno de cualquiera de los 11 puntos acordados entre la SRE y el DSI. Si se va el asunto a juicio existen sólo 58 cortes de migración, con 250 jueces que al día de hoy conocen más de 500 mil casos pendientes. Lo que lleva a que el proceso individual de deportación pueda durar en promedio 571 días.

Si hacemos matemáticas, nos daremos cuenta de la imposibilidad real de que Trump cumpla con sus balandronadas. Con la carga de trabajo, el sistema de deportaciones judiciales de los vecinos no puede soportar más de 5 mil casos, pero bueno, el show es eso, prometer hasta meter. Ni hablar. Finalmente sí hago votos porque los paisanos que sí quieran seguir buscando su sueño, trabajadores y responsables sean bien asesorados por los consulados y no dejen que se violen sus derechos. Los delincuentes al carajo con Trump o sin él.